Para hacer la importante elección de la que hablamos en este artículo, solo tienes que hacerte una pregunta a priori: ¿para qué quieres aprender música? Si lo que necesitas, o por ejemplo deseas para tu hijo, es un título reconocido y oficial, debes pensar en optar por la enseñanza reglada. Pero si no es así, y la música para ti es una bonita afición, has de considerar la posibilidad de elegir una academia de música que imparta enseñanzas no regladas. Pero ahora, y si ya has respondido a esta pregunta, y para que tengas toda la información necesaria antes de tomar una decisión definitiva, te vamos a explicar las características, pros y contras de uno y otro tipo de docencia.
Conservatorio, centro autorizado, escuela de música… Hay diversos términos que categorizan los diversos lugares donde se puede aprender música. Por definición, el tercero de estos vocablos
(escuela de música) hace referencia a los centros donde se aprende en esta disciplina que están inscritos en un registro oficial pero que no imparten enseñanza reglada, sino libre. En ellos no se obtiene un título oficial, como apuntábamos antes, pero se podría decir que te hacen “la vida más fácil”. En la actualidad, además, muchas de estas academias se decantan por priorizar la formación en música moderna sobre la clásica, lo que es más atractivo para muchos alumnos.
La escuela de música se convierte en un ‘centro autorizado’ si ofrece una educación reglada, con el objetivo de conseguir una titulación -tal como ocurre en los conservatorios públicos, asumiendo su papel-. Pero en esta clase de centros y conservatorios todo es muy diferente. ¡Te lo contamos!
Horarios y flexibilidad
Cuando hablamos de horarios no solo hay que tener en cuenta las horas concretas de clase que se fijan en la instrucción reglada. A ello hay que sumar el tiempo que el estudiante tiene que invertir en casa, practicando. Esta exigencia suele ser muy alta en centros reglados. En contrapartida, en una academia de música, normalmente privada, los horarios se adaptan a tu disponibilidad en la medida de lo posible. Y las horas de estudio no son tan elevadas. Primera razón: ¡no hay exámenes! Ni obligaciones tan estrictas, que con el paso del tiempo y el estilo de vida de cada uno pueden acabar resultando asfixiantes. El objetivo de estas escuelas es ENSEÑAR, con mayúsculas y sin más pretensiones. A tocar el piano, la guitarra, a cantar…
En este sentido, se puede afirmar que no es necesario cursar un programa reglado para conocer la música y disfrutarla. Se puede llevar la misma “rectitud” en el proceso de aprendizaje sin que sea precisa la disciplina férrea que caracteriza a los conservatorios y a los centros autorizados. Pero insistimos en que si tu finalidad es lograr un título para ser, por ejemplo,profesor, no tendrás más remedio que asumir esta falta de flexibilidad que sí encontrarías en una academia de música moderna no reglada.
Una larga (y costosa) carrera
Otro punto desfavorable de la pedagogía reglada es los años de estudio que conlleva. Un músico puede estar más de 20 años estudiando y no llegar a tener los estudios completos (oficialmente, se tienen que ir superando los distintos grados). De hecho, los centros oficiales no suelen admitir a personas a partir de los 40 años por esta razón, proponiéndoles cursos diferentes no reglados. Por el contrario, en una escuela privada de música -en Sabadell puedes encontrar varias, como la nuestra- no hay años preestablecidos. No se trata de una carrera en el sentido más riguroso de la palabra. Tú eliges cuánto tiempo quieres seguir estudiando. Es evidente que cuanto más tiempo y esfuerzo dediques, más -y mejor- aprenderás. Y siempre al ritmo que más te convenga.
Paralelamente, el coste de la enseñanza reglada no tiene nada que ver con el precio de las clases en una escuela de música. La primera requiere una inversión mucho mayor, mientras que la segunda puede ofrecerte precios mucho más ajustados. ¡Hasta con un 0 menos al mes en la cifra a abonar! Este aspecto debes tenerlo muy presente si deseas formarte en música solamente para tu propio placer. Recuerda que el objetivo de los dos tipos de docencia que estamos analizando en este texto es el mismo: que aprendas solfeo, piano, canto, guitarra, batería… Conociendo la teoría de la música y cómo se aplica a la práctica de los instrumentos. No por apuntarte a una academia en lugar de a un conservatorio vas a tener una cultura “peor”. Piensa que los profesionales, los profesores que te ayudarán en esta aventura, sí cuentan con una formación reglada.
¿Moderna o clásica?
Tal como señalábamos anteriormente, hoy en día un gran número de escuelas de música (de Sabadell o de cualquier parte del país) apuestan por la música moderna. Esto puede llegar a ser impensable en un centro reglado, que se basa sobre todo en la música clásica. Tampoco esto significa que los estudios sean “peores”, simplemente se aplican a otro ramo de la música.
Imagínate que tu sueño es saber tocar tu canción favorita al piano mientras la cantas. Tras las nociones iniciales (si son necesarias, ya que muchas personas retoman esta afición que dejaron sin acabar cuando eran niños o adolescentes), cuando tu profesor vea que estás preparado podrás comenzar a practicar esa canción. A estudiarla hasta que quede perfecta en tus manos y en tu voz.
La versatilidad de los docentes de las academias hace que se adapten a las necesidades y gustos de los alumnos, cosa que no ocurre en la educación reglada. En definitiva, con una mayor libertad.
No solo música
Vamos a enfocar este último apartado a los más pequeños de la cada. Una escuela de música para niños, o de adultos y niños conjuntamente, puede proporcionar beneficios extra a tu hijo. Ayudar en su comportamiento, motivarle, despertar en él una nueva pasión, ayudarle con las matemáticas
(la música tiene componentes de similar naturaleza en cuanto a precisión), aumentar y reconducir un posible talento nato, potenciar su creatividad, estimular su actividad cerebral, etc. Y, por supuesto, sacar mejores notas en la asignatura de música en su colegio o instituto. ¡Muchos alumnos nos cuentan cómo para ellos esta materia es como estudiar el abecedario cuando ya sabes un idioma!
Pero estas ventajas adicionales no son exclusivas de los niños. También los adultos pueden aprovechar los beneficios que supone estudiar música no reglada. Como, sencillamente, olvidarse del estrés de la vida familiar y laboral o poder trasladar lo aprendido a reuniones de amigos. O bien, como mencionábamos más arriba, cumplir un sueño.
La elección es tuya. Mientras a la larga la formación reglada puede llegar a ser más exhaustiva -por las propias características de esta modalidad docente-, la dinámica en una escuela de música puede ir más encaminada a llegar al objetivo que te has marcado. Y si aún tienes dudas, puedes llamarnos 93 024 73 81 o escribirnos a totmusicasabadell@gmail.com.