Llamado antiguamente solfa, estudiar solfeo es sinónimo de aprender a leer e interpretar algo tan maravilloso como la música, que puede parecen tan etéreo. Saber qué significa cada signo, cada nota… Esto es esencial si hablamos de tocar el piano, la guitarra o cualquier otro instrumento. Pero no vamos a quedaros en la esencia, sino que en este artículo te vamos a detallar siete razones de peso para que no dudes en recibir una correcta formación musical. Sea cual sea tu estilo, y tanto si buscas una academia de música para niños -si el futuro genio es tu hijo- como si quieres disfrutar como adulto de esta afición (¡o vocación) en tu tiempo libre.
Lo primero que debes tener en cuenta es que lo que puede ser un enorme talento natural no está reñido con el aprendizaje de la técnica. De hecho, ambos conceptos van unidos, pese a que haya artistas que presumen de no saber leer una partitura. Si, como te decíamos antes, quieres aprender a tocar un instrumento en una academia de música -en Sabadell o en la ciudad en la que vivas-, los profesional es del centro siempre te recomendarán estudiar solfeo. Y eso si hablamos de una enseñanza no reglada, ya que si es reglada (mucho más exigente y bastante menos asequible) te lo exigirán.
Suponiendo que tu meta no sea un título, que puedes tardar muchos años en conseguir, sino realizar una actividad que te guste y te motive, o que desees que desarrollen tus hijos, lo idóneo es matricularte en una academia privada independiente. Allí se ajustarán a tus horarios en la medida de lo posible, sin necesidad de llevar una disciplina férrea que precisa de muchas horas diarias.
Pero ahora sí, vayamos a esas siete razones que te comentábamos para formarte en solfeo cuando comienzas a aprender a tocar un instrumento musical. No queremos convertirte en un experto si no es esa tu finalidad, pero sí informarte de todo lo positivo que conlleva saber qué es una ligadura, una clave o un puntillo, entre otros muchos aspectos de la teoría del solfeo.
1. Precisión ante todo
La música es un arte exhaustivo. Cada “milímetro” cuenta. Pero en este sector las medidas son otras. Y empiezan por las figuras musicales: las redondas, las blancas, las negras, las corcheas, etc. Conociendo qué indica cada uno de estos símbolos, sabrás qué duración exacta ha de dar a cada nota que toques. Pero el solfeo es mucho más. Es, precisamente, la nota exacta (natural, con sostenido o con bemol), el ritmo específico -lo que depende de lo que llamamos ‘compás-, la tonalidad de la melodía… Todas estas variables las manejarás con mucha soltura cuando estudies solfeo.
2. Leer para tocar
Seguro que si tienes un piano o una guitarra en casa, pero no tienes conocimientos musicales, has intentado -y seguro que conseguido al menos parcialmente- “sacar” una canción de oído. Para tocarla, y hasta cantarla. Pero todo esto cambia notablemente si un profesor te enseña a leer una partitura. Porque así tendrás la posibilidad de tocar casi cualquier cosa. Bueno, esto son palabras mayores, porque se necesitan años y años de adiestramiento para hacerlo. Pero, si coges una partitura sencilla, verás como se abre ante ti un camino de posibilidades. Sabrás exactamente qué notas tocar, y cómo hacerlo, para que suene lo que quieres escuchar.
3. Entiende tu instrumento
Este apartado es básico. Tu piano, guitarra o batería tienen elementos que debes conocer. Prácticamente es imposible tocar bien sin saber qué nota corresponde a cada tecla, o a cada posición de tus dedos en el traste. Y para conocer tu instrumento has de tener, al menos nociones de solfeo. Por ejemplo, para que hagas un acorde, o un arpegio, has de saber qué significan dichos términos. Y, solo después, aplicarlo a tu instrumento tras tus clases en la escuela de solfeo.
4. Desata tu creatividad
Si además de tocar te gustaría lanzarte a componer, el solfeo será tu gran aliado. Porque podrás plasmar por escrito las notas de tu canción. Y modelarla todo lo que necesites. Transformar tu idea en una partitura musical y practicarla. Ni siquiera necesitas el móvil o el ordenador. Es suficiente un lápiz y un papel. Cinco líneas rectas paralelas como base, es decir, un pentagrama, ¡y a disfrutar! También es una manera de registrar tu propia música, aunque aún no la hayas grabado. Cuando hayas aprendido cómo se escribe la música, no lo olvidarás por muchos años que pasen.
5. Optimiza tus sentidos
Sabiendo leer, escuchar e interpretar la música desde el punto de vista del solfeo, podrás afinar tu oído para desenvolverte bien con las diferentes tonalidades e intervalos (la distancia que existe entre una nota y otra). Y podrás diferenciar cuándo son menores y cuándo mayores, un matiz esencial en esta disciplina. Y, por supuesto, entonar correctamente cuando cantes, respetando lo que te dice la partitura. Tus neuronas se irán familiarizando con ello y serás mucho más preciso con las piezas que tocas o creas. Detectando cuándo te sales del ritmo, o en qué puedes mejorar.
6.Escribe lo que oyes
Otra parte fundamental que puedes practicar en una academia de solfeo -en Sabadell nos podrás encontrar a nosotros-, es a reflejar sobre el papel las notas y los ritmos de una pieza musical. Esto se puede aprender mediante el dictado, donde el docente toca unos pocos compases para que tú rellenes la partitura correctamente. Esta parte del solfeo educa el oído, algo esencial para los músicos, y de gran importancia para que no haya lagunas en tu formación.
7. Un lenguaje propio
Por último, entre otras muchas ventajas del solfeo, queremos destacar la importancia de poder comunicarte con el lenguaje de la música. Con tus compañeros de clase o de grupo, si por ejemplo tocas con tus amigos. Imagina que te piden tocar un acorde determinado para una melodía, ¡sabrás hacerlo! No tendrás que depender solo de tu intuición.
La enseñanza que se imparte en una academia de música es muy completa y te ayudará mucho. Además, comprobarás que estudiar solfeo es un verdadero placer, y te dará frutos que no esperabas a la hora de mejorar día a día con tu instrumento. ¿Quieres más información? Llámanos al 93 024 73 81 o envíanos un e-mail a totmusicasabadell@gmail.com.